martes, mayo 27, 2008

Por un instante...


No haber tenido una cámara fotográfica.

Supongo que para eso son los recuerdos. Para guardar, de preferencia, ese momento exacto en que fuiste muy feliz... y conservarlo entre las hojas de un libro para verlo sorpresivamente o buscarlo desesperadamente cuando crees que lo has perdido todo...

Hoy le robé un beso al Ale. Y ha sido uno de los mejores. Definitivamente.

Y habría dado mi reino por una cámara fotográfica...

Hoy iba a las 6 am camino a tomar bus para Valparaíso. Y por esas tonteras trágicas que se me ocurren producto de ver tanta tele, anoche que le dije al Ale que si me pasaba algo, recordara siempre que lo amaba.

Entonces hoy, con el sonido de la lluvia fuerte, encontrarlo sin esperarlo en el Metro fue... una señal. Como todo lo que nos ocurre. Y ese beso robado fue la necesidad de recordarle esa frase. Que lo amo.



He estado frágil. He vivido un terremoto en mi vida laboral y necesito sentir algo de seguridad. Y el Ale ha sabido ser un árbol fuerte donde cobijarse.



Gracias Ale por ser mi roble.



Ahora no hagan ruido... que duerme a mi lado.

martes, marzo 18, 2008

Por fin VACACIONES


Ya... foto de playa y vacaciones.
Estuvo bueno.
Comí la dosis de pescado frito para tres años.
Hoy a dieta de desintoxicación. Y se viene semana santa...

No tenía vacaciones desde hace dos años.
Recuperé sueño y aire.

miércoles, febrero 20, 2008

Volviendo a volver...

Ha pasado mucho tiempo. Quizás demasiado.
Y no es que no quisiera escribir, solo que el tiempo ya no es tiempo.
Los minutos los tengo dedicados a cualquier cosa menos escribir.
Hasta que Alex me preguntó si tenía actualizado el blog.
Era un silencio autoimpuesto. Y hay que romperlo.
Transantiago sigue ahí. Y yo sigo ahí. Si hay algo que me ha enseñado este trabajo es a tener paciencia y asumir que la gente miente. Estoy aprendiendo a detectar las pequeñas sutilezas del empleado que inventa una mentira en el momento para salvar una situación o aquel que planificó qué decir para caer en gracia. Lo triste de todo eso es que me he vuelto una desconfiada. Pero así como existen los que le ponen color plomo al trabajo, también tengo a aquellos que son un perpetuo arcoiris que me hace creer y saber que no estoy sola. Se le agradece a Luis, Alvaro, Julio, Pía, Jorge, Mario, Eliana y... también Paola, por existir.
La vida de casada es divertida. El Ale es mi mejor amigo. Y yo soy su mejor amiga.
Juego Play y Lineage II. Han sido un gran descubrimiento. Me desestresa.
Aprendí a hacer sushi. Según el Ale ya estoy profesionalizándome en el tema. En un próximo blog hablaré de mi experiencia con esta snob comida, la calidez de tomar el arroz húmedo, lo asqueroso del vinagre, el sabor del salmón y lo bien que corta los rolls el Ale. Porque claro, es una cuestión que está escrita en el contrato de matrimonio: "Ella arma rolls, y él los corta".
Siento que necesito darle una orientación a este blog. No tiene norte. Ni sur ni ninguna dirección.
Necesito hacer ejercicio. Si quiero ser mamá debo estar en forma para ser una buena incubadora. Pero cuesta demasiado hacerle el quite al chandelle que me llama desde la vitrina del supermercado.
La polola de uno de los mejores amigos del Ale sufrió hace una semana un derrame cerebral. Los sueños y proyectos se fueron al suelo. Está grave. Y nos ha forzado a ver nuestra relación, disfrutarla y alegrarnos por estar juntos.
Iba a poner una foto, pero acaba de llegar una chica a una entrevista de trabajo. Claro... soy la reina Midas del trabajo...

martes, julio 17, 2007

7 - 7 - 7


Nos casamos un día de número afortunado.
Somos familia.
Todo fue maravilloso. Él bailó para mí. Yo canté para él.
Estaba la gente que queremos y que nos quiere.
Estos días han sido mágicos.
No quiero dormir porque estar despierta junto a Alex es vivir en estado de felicidad, y no puede haber sueño mejor que eso...

lunes, junio 04, 2007

Un lunes especial




Como dice el buen Fito, "hay cosas que te ayudan a vivir". Y ando necesitando aire.

Este último tiempo he estado monotemática. Si no era Transantiago y sus efectos en la gente, lo es la permanente presencia de Alex en mi cabeza.

Tiene razón Irarrázabal cuando dice que el matrimonio me ha puesto ñoña. Pero me pregunto ¿por qué no estarlo?, ¿acaso debo disimular la inmensa felicidad solo porque no es de todos?.
En el trabajo todo bien. El próximo post el tema será ese.

Creo, más bien quiero creer, que es normal lo que siento. Nunca he estado así de plena antes. Sigo igual de gruñoña que antes, solo que me dura menos. O más bien le doy su justa medida a los problemas, y mejor aún, estoy aprendiendo a plantearlos como desafíos para reoslverlos. Esto de juntarme con tantos ingenieros me tiene pensando calculadoramente, lo que si es bien aplicado, permite ocupar menos tiempo en los "desafíos", y tener más tiempo para pensar en ñoñerías como el vestido de novia, usar los zapatos para no caer, "obligar" a Alex a ensayar conmigo el vals, pensar en cómo me peinaré...

Sé que no estaré igual de ñoña toda la vida, así que disfruto mi minuto.

La vida será distinta. Yo estoy feliz. Y quizás eso mismo no me ha dejdo ver lo triste que está mi papá. Sé que daría lo que fuera porque yo no partiera de la casa. Me extrañará. Lo extrañaré. Y esa cosa de los sentimientos encontrados es lo que me hace creer que la lloraré toda. ¡Soy tan llorona!.

En fin. Como tarea me propondré actualizar este blog al menos una vez a la semana. Y por qué no los lunes. Visnja lo hace los miércoles. Quizás me tranquilice el alma.

El miedo a la aventura y la costumbre de lo conocido no me inmovilizará. Siempre se habla del síndrome del nido vacío. ¿por qué no se habla de cómo nos sentimos los que "salimos a volar"?...

Amor, Laibach.




lunes, mayo 21, 2007

¿Por qué me caso?

Porque descubrí que soy mejor persona cuando estoy con Alex.

Porque duermo tranquila sabiendo que existe.

Porque lo veo sonreír cuando estoy a su lado.

Porque lee libros que yo no leo, y encuentra mis libros "de niñitas".

Porque si no me amara, me lo diría.

Porque me da risa ver cuánto se enoja cuando pierde un juego.

Porque me pongo triste cuando se enoja porque me río cuando pierde un juego.

Porque pide lo que me gusta cuando vamos a comer.

Porque compra manzanas verdes y le gustan con sal.

Porque es leal a morir.

Porque es un buen conversador.

Porque discute mi lógica matemática con su matemática analítica.

Porque me deja ver películas de Disney.

Porque me hace ver películas tan malas como "Una película Épica"

Porque tenía la versión de Carmina Burana que busqué por años.

Porque no me deja hablar del traje de novia.

Porque tiene sentido de familia.

Porque tiene alma de espartano.

Porque me hace reír.

Porque me escucha con paciencia cuando le quiero contar mis sueños.

Porque al salir a caminar siempre me proteje caminando él hacia la calle.

Porque le gusta el vino y los animales.

Porque lo quiero. Porque me quiere. Porque sabemos qué queremos.

Porque su "para siempre" es hacer el mejor esfuerzo y no rendirse.

Porque queremos ser familia.


Amor... otro regalo.
Porque los protagonistas, a pesar de borrar sus recuerdos, siempre vuelven...
Además la música es linda. Escúchala fuerte.


martes, mayo 01, 2007

Un martes nostálgico

En la foto estamos mi papá y yo, en diciembre del 78'.


Hoy he caído en cuenta que me iré de la casa.

En la tarde, como no lo hacía hace mucho me senté al piano, y de pronto, al terminar el último acorde de Claro de Luna -lo estoy estudiando otra vez-, vi a mi papá y me dice ... "que bueno que esté tocando piano. Me gusta cuando lo hace". Y debo reconocer que me dio tristeza. Con el trabajo y el matrimonio no había tenido tiempo para ser familia. Y hoy, feriado, todos estuvimos en casa.

Supongo que son muchas las sensaciones que viviré de ahora al día del matrimonio, pero la de hoy me ha tenido con la lágrima al borde de la pestaña todo el día.

Definitivamente mi nexo con mi papá es la música.

Sé que mi gusto por escuchar y disfrutar viene de él. El piano lo compró cuando yo aún no sabía caminar y lo hizo sabiendo que algún día yo lo tocaría.

También sé que voy a extrañar la cotidianeidad de la casa. Esa sensación de perpetuo refugio.

Y, sabiendo que me voy a hacer refugio con un buen hombre, no logro evitar tener nostalgia.

Nada volverá a ser como antes. Y sé que será mejor. Así quiero que sea.

Mientras escribo esto sigo con el nudo en la garganta con una tristeza infinita, y recordé como me sentí cuando vi una escena en El Pianista. Seguiría hablando de mi papá, pero no puedo hacerlo sin pensar en el buen hombre que es, que no existen las palabras perfectas ni adecuadas para describir mi relación con él, y que todo lo que escriba será poco.

Será que el día me tiene sensible. Los martes son especiales. Además esto de tanta parafernalia que se crea alrededor del matrimonio me tiene algo alterada. Será que, como dicen, me siento "obligada" a tener siempre el control de todo.



Sé que con Alex estaré bien.

Chopin, el buen Chopin.